La Iglesia Católica celebra el día 25 de diciembre uno de los días más importantes del calendario litúrgico: La Navidad o Natividad de Jesús. Una fiesta que conmemora el nacimiento del hijo de Dios, de Jesús, que se hace hombre para venir a la tierra a salvarnos. Es el momento álgido del periodo de Navidad con el que también termina el Adviento.
Después de cuatro semanas en estado de espera, preparándonos para la venida del Niño Dios durante el Adviento, por fin llegamos al momento que -precisamente- estábamos esperando. El día en el que conmemoramos el nacimiento de nuestro Salvador.
El día que Dios se hace hombre en un pequeño establo, entre pañales y durmiendo en un pesebre, para acercarse a nosotros, morir por nosotros y resucitar. Encarnado en la Virgen María y acompañado también de San José, Jesús nace rodeado de humildad, sin hacer ruido, adorado únicamente por unos pastores de la zona.
Por supuesto, es día de precepto y leemos en las lecturas el evangelio en el que san Juan proclama que "el Verbo se hizo carne". Los católicos celebramos esta venida y acudimos a la Eucaristía además de a las comidas familiares. A medianoche es costumbre celebrar la misa del gallo, como la primera celebración de este día 25 tras la cena de Nochebuena.
Es un día de fiesta, en el que no solo recordamos un acontecimiento pasado. También es una esperanza en el futuro, esperando la segunda venida de Jesús; y por supuesto una mirada al presente. Un momento en el que Dios vuelve a nacer en el 'pesebre' de nuestro corazón, pese a nuestra debilidad. Un niño que viene para conocernos y tener una relación personas con nosotros.
La fiesta de Navidad fue instituida por la Iglesia en el siglo IV y es originaria de la Iglesia latina y mas propiamente de la Sede Apostólica de Roma.
Por falta de documentos exactos sobre el nacimiento de nuestro Señor, no existe una certeza absoluta acerca del año, que algunos escritores sagrados y profanos señalan entre el 747 y 749 de la fundación de Roma (del 7 al 5 A.C.), y del día, que han hecho oscilar entre el 25 de marzo y el 17 de diciembre.
Hay pruebas del este griego y del oeste latino donde los cristianos intentaban averiguar la fecha del nacimiento de Cristo mucho antes de que lo empezaran a celebrar de una forma litúrgica, incluso en los siglos II y III. De hecho, las pruebas indican que la atribución a la fecha de 25 de diciembre fue una consecuencia de los intentos por determinar cuándo se debía celebrar su muerte y resurrección.
Muy buen tema compañero, bastante interesante y bien redactado.
ResponderBorrarExcelente tema compañero.
ResponderBorrarmuy buen tema es una de las épocas mas bonitas del año me gusta saber mas del tema gracias por compartirlo
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